Nos tenemos que remontar a principios del siglo pasado, para conocer bien la historia que os narro. Bien es sabido por muchos mi vinculación con el barrio de San Vicente y especialmente con la calle Goles, lugar de nacimiento y residencia, hasta hace no mucho, aunque no dejo de frecuentar una de las casas familiares que aun guarda mi familia en dicha calle. Pues verás nos trasladamos a principios de siglo, y en la calle Goles mi bisabuelo, Antonio Rodríguez-Palacios, presidente del colegio de veterinarios de Sevilla, manda construir a Juan de Talavera la que hasta hoy se conserva en la calle goles, con el número 39, antiguamente número 21, lindando con
una casa, pocos años antes construida por el conocido arquitecto, Aníbal González, curiosamente, lugar de residencia del actualmente electo presidente del consejo, Adolfo Arenas. Pues bien, Era 1920 cuando es concluida la casa familiar, para la cual, mi bisabuelo, fiel devoto y hermano del Gran Poder, encarga al conocido ceramista, Manuel Rodríguez Perez de Tudela, un retablo cerámico, a imagen y semejanza al que ocupa la plaza de San Lorenzo hoy en día, el artista, que solo había realizado el instalado en la plaza, le cuesta acceder al encargo, pero responde contundentemente que seria el único que reproduciría fiel al de la plaza, de ahí a que no se conozcan más obras similares. Pues bien concluido el retablo cerámico, es instalado en al zaguán de la casa que Juan de Talavera recién había concluido para mi familia, y ahí ha permanecido durante todo el siglo pasado, al resguardo de la luz natural, de la lluvia y las temperaturas dañinas para un retablo cerámico, ahí ha permanecido y a sido fiel testigo de nuestros nacimientos, y mi día a día. Pero la vida cambia y hoy en día es complicado
mantener una casa que da a tres calles en pleno centro de la ciudad, por lo que se decidió vender parte de esta, pues bien, tras la venta de parte del solar, se decide en la familia que hacer con el retablo, que con las dimensiones que tiene, es complicado buscarle un hueco en un domicilio de los de hoy, por lo que hace pocas fechas se decidió cederlo a quienes verdaderamente lo veneran, a la Hermandad del Gran Poder, ésta, sorprendida, pues en Sevilla se desconoce la presencia de un retablo hermano gemelo al de la plaza, le tienen adjudicado un sitio privilegiado en la basílica, un lugar que tanto ellos, como nosotros podremos verlo de por vida.