martes, 27 de noviembre de 2007

Así era Manolo Santiago

Era un Domingo de Ramos, uno de esos Domingos típicos de Sevilla que tanto nos gustan, sol y calor desde primeras horas de la tarde.

Un Domingo de Ramos complicado para los costaleros, pero a la vez gozoso. Lo cierto es que debido al esfuerzo una de las cuadrillas del palio iba "tocada" ya en La Campana. A las seis de la tarde y con lo que quedaba por delante. Recuerdo que hicimos 21 la Campana
sin bajar el paso, más por amor propio
que por verdaderas fuerzas.
Los goterones de sudor nos caían por todo el cuerpo. Y a pesar del corazón,
lo cierto es que la cosa iba mal. Alguien desde fuera se lo comentó a Manolo Santiago.

- Manolo, la cuadrilla que está ahora dentro viene arrastrando los zancos.

Eran, repito, las seis de la tarde y nos quedaban otras seis horas por delante.
Así una vez entrado el paso de palio en la calle Sierpes y antes del relevo,
Manolo se vino a la delantera del paso con la intención de elevar el ánimo a los costaleros.
Sin embargo, Manolo, no se dirigió a los que abajo estábamos.
En ese momento, y ante el paso de palio parado en la calle Sierpes, tomó en
sus brazos a una niña de unos seis años que estaba viendo las cofradías con
sus padres. La niña, que nunca supimos quien era, tenía Síndrome de Down.
Y Manolo le habló así a la Virgen con la niña en sus brazos:

- Y Dicen que vienes cansada Madre. Cómo puede ser, un Domingo de Ramos, que está Sevilla entera mirándote. Mira a esta niña. Mírala.
- Si son iguales, mira las caras, la de la Virgen y la de la niña, son iguales.
Quién ha dicho que la Virgen está triste, quien la ve llorando si son iguales,
son dos palomas blancas, cada cual más bonita.


Los costaleros nos quedamos petrificados ante aquellas palabras de Manolo. Qué lección de amor.
Y yo que iba en primera de palio saqué la cabeza para mirar a la Virgen y la ví sonreír, Ya no lloraba. Yo ví como la Virgen de la Paz sonreía a su hija con síndrome de down, entre el sobrecogimiento de los presentes y el llanto de sus padres.
Aquel año, la vuelta al barrio de la Virgen fue de los más esplendorosos que sus hijos costaleros podamos recordar.
El año en el que yo ví sonreír a la Virgen de la Paz.




(Santi Arenado Sampil)

3 comentarios:

PFY dijo...

NONO, DE MAMAZO EL BLOG

Anónimo dijo...

joder que guapo, no sabia de esta historia, pero me has dejado alucinado, Gracias por sacarla a la luz. pedazo de blog, si señor!

ruben er poshy dijo...

sombrerazoooooo