lunes, 23 de febrero de 2009

HUELE A CUARESMA


Amaneció como cada mañana de estas ultimas de febrero, dejándonos amaneceres de esos que añoramos luego, cuando cae agua un Jueves Santo como estos últimos años. Apenas había dormido, la visita a algún ensayo en la noche del sábado y la posterior tertulia formada a partir de como había ido el ensayo, o si había entrado alguno y la alegría de este. Pero como decía al principio, amaneció el domingo, y había ensayo, a las diez estábamos citados en el Guadiana, frente a la parroquia de Todos los Santos, caminando tardé lo que duraba la marcha Amarguras en mis auriculares, la mañana olía a cuaresma, a pesar de ser temprano, se veía el movimiento típico de cuando hace buen tiempo. Me crucé con más de una familia que acudía a las funciones de sus hermandades, el con su insignia en la solapa como si de un coronel se tratara y no tuviese mejor condecoración que la de ser hermano de esa corporación, en el quiosco de churros frente al arco se agolpaba una larga cola, el bar plata rebosaba, y en el quiosco de prensa la cola parecía esperar comprar el ABC para así recortar la hoja con los horarios del día, era una mañana de cuaresma. Conforme llegaba a la calle ancha la feria sonaban los acordes finales de las campanas que marcan el comienzo del pregón, ayer olía a Cuaresma. No sabia si acudir al ensayo, por que parecía que me iba a perder esa mudá de los fantasmas en San Juan de la Palma, no sabia tampoco si acudir al Postigo a desayunar como cada año antes de entrar en el Maestranza, no sabia si acercarme al Salvador y comprobar si habían colocado ya la rampla, estuve a punto de pasar por la Campana y ver lo bien colocadas que estaban las sillas de Quiriello, o quizás ir a los palcos y mirar hacia arriba para ver las catenarias, no sabia verdaderamente en que fecha estábamos, solo tenia una certeza, y es que la Cuaresma ya esta aquí, es ahora cuando vivimos lo soñado, es ahora amigos, cuando empieza, La Semana Santa.

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